Nuestra posición es poner sobre la mesa el inicio de un proceso participativo de discusión y de construcción de un verdadero estatuto autonómico de Quito que pueda abrir la puerta a adecuar la estructura territorial, administrativa, financiera y de gobernanza a un régimen metropolitano real. Pensar la posibilidad de contar con una alcaldía mayor y alcaldías menores o la opción más conveniente, que acordada democráticamente, represente una administración justa y equitativa de los recursos, evitando la concentración en zonas privilegiadas, y una toma de decisiones compartida y articulada.