El metro resultó ser un éxito y la ciudad no debe dormirse en los laureles. La expansión a la Ofelia no debería esperar más tiempo. La inversión en transporte público es lo único que nos salvará de la distopía llamada auto de uso privado.
El metro resultó ser un éxito y la ciudad no debe dormirse en los laureles. La expansión a la Ofelia no debería esperar más tiempo. La inversión en transporte público es lo único que nos salvará de la distopía llamada auto de uso privado.